Pues resulta que después de entrar aire fresco a mi vida, y refrescarme...llegó la calima y me dió una bofetada de aire caliente en toda la cara que me dejó descolocada por completo. Y entró con tanta fuerza y tan de repente que me cerró de golpe la ventana que tanto me costó abrir en todas las narices. Plof!!!
Pero oye, que no pasa nada, que el aire fresco lo sentí, lo saboreé y lo disfruté mientras duró. Ahora tan sólo me queda recuperarme del fuerte golpe y seguir sonriéndole a ésta mi vida, porque siempre después de una caída viene una gran recuperación. Y un aprendizaje. Y un avance. Y un mayor conocimiento. Y un mayor reconocimiento de tí para contigo misma. Y un aprender a quererte a tí misma aún más. Y depués de un antes viene un después. Y siempre, siempre, siempre lo que te espera...va a ser mejor. Eso es así siempre, siempre, siempre.
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